Hoy por hoy el Club de la Ribera está padeciendo una realidad no del todo positiva que, tras haber sido común en otros tiempos, sería bueno que intente revertirla. No me refiero a que esté relegando el campeonato local y apostando en vano todas sus fichas a la copa, ni a que se perciba una sensación de suma dificultad para lograr alguno de esos títulos, así como tampoco a que el equipo viene jugando al mejor estilo “ruleta futobolística” (es decir, que todo puede suceder).Intento apuntar a que, una vez más, Boca Jrs. volvió a ser “tristelme-dependiente”; y a que un equipo dependa exclusivamente de una persona para poder desarrollarse, proponer buen juego, y obtener lo que busca, es muy riesgoso.
Esta secuela quedó indudablemente evidenciada en el partido que se disputó contra el Atlas de México el pasado Miércoles 14 en la cancha de Vélez. En el encuentro, pudo apreciarse, en especial durante el segundo tiempo, a un Riquelme que brilló por su ausencia. Por tal motivo, era habitual que Battaglia y Maidana tirasen pelotazos buscando la destreza (?) de Rodrigo Palacio o la cabeza de Martín Palermo, y asimismo que jamás lo consiguiesen y desvirtuaran el juego.
Del mismo modo, es para destacar que en los 2 goles conquistados por el equipo argentino y en las otras oportunidades en que estuvo apunto de obtener otra marca, Juan Román no solo participó de tales jugadas sino que fue, en definitiva, el causante de ellas.
Leandro Gracián podría ser una alternativa. Posee talento y es habilidoso, pero por sobretodo, se caracteriza por tener un gran dinamismo y hambre de gol. Si bien fue muy criticado en la última semana e incluso se le atribuyó la responsabilidad en la derrota frente a Estudiantes (juicio que no comparto), no puede caer en el olvido lo favorable que fue su juego en anteriores ocasiones en las que le tocó estar en la cancha, tanto por nuestro degradado y mediocre torneo como por la Libertacup (?).
Por supuesto que Riquelme posee mucho más talento y creatividad, que su nombre tiene peso, y que su experiencia es muy superior a la del Tano. Pero también es cierto que, por un lado, está en un nivel muy inferior del que puede alcanzar; y por otro, que ya no se le puede continuar tolerando que sea “el nene mimado y caprichoso” del equipo. Durante el choque contra el Atlas, como no lograba atraer las miradas por sus cualidades futbolísticas y su magia (?), optó por bajarse la media de la pierna izquierda y quedarse parado mirando a sus compañeros. Todas las cámaras de TV tenían un primer plano de esa imagen y relegaron las correspondientes al encuentro. Sino, preguntale a Titi Fernández, se hizo una fiesta!!!
De Fabián Vargas sólo voy a decir que estoy harto de verlo involucrado en jugadas sucias, que pegue patadas monstruosas a los rivales, que le grite y reproche a los árbitros faltas imperdonables, y que lo echen 2 de cada 3 partidos que juega.
Crístian Manuel Chávez es la gran promesa. Él puede ser la llave a de la “no riquelme-dependencia”. Claro, para ello necesita continuidad, cosa casi imposible en Boca. A los 22 años y con pocos partidos en primera división, demuestra tener una personalidad fuerte, con gran dominio del balón y visión del juego. Quizás si jugara al lado de aquel que surgió del semillero de Argentinos Jrs., formarían una dupla interesante. Y para cuando se dé el caso en que “el intocable” esté apagado, Chávez podría cubrirlo perfectamente y contribuir para que se vuelva a encender (?).
El Pochi, genera mucha expectativa e ilusión para “toda la familia boquense”, como diría Carlos Bianchi.
* * *
