Pensaba, hace pocos días, que este año no existe una canción del verano.
Por un lado, mejor. En general, todos estos sones son insoportables. Su música está remixada hasta el hartazgo. Su composición es muy pobre o prácticamente nula, preponderando un órgano-sintetizador como el primordial instrumento. Los estribillos, aquellos que se nos terminan pegando a todos, son mediocres. El contenido de sus letras es netamente comercial, y los “cabeza de termo” son los primeros en ponerse eufóricos cuando suenan en los boliches. Es común, además, que los grupos que los interpretan desaparezcan una vez terminada la temporada, o sino también que cambien de nombre y pasen a llamarse como el corte que los hizo famosos (?).
Por otro, no tanto. Pensemos que identificar épocas o etapas al recordar alguna determinada melodía forma parte de nuestra cultura.
Se me cruzan, en este momento, canciones como Batida de Coco, El Meneadito, Estoy saliendo con un Chabón, El Gato Volador, Mambo Nº 5, Color Esperanza, Aserejé, El Bombón Asesino, El Hitazo CTI del Verano, etc. También me vienen a la mente gentes como Machito Ponce, El Chelo de Green, Javito de Red, The Sacados, y muchos otros que recuerdo su imagen pero no su nombre.
Buscando algo de originalidad, terminé desembocando en las raíces. Al no existir una canción que “identifique” al verano de 2008, aquí les dejo algo que sí permitirá hacerlo (al menos, a mí).
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